SENDEROS DEL ATLÁNTICO... CON SABOR A MAR
Piérdete en lal isla más montañosa de todo el archipiélago canario. Es, además, la que ofrece mayor diversidad de paisajes, desde densas masas selváticas de laurisilva y frondosos bosques de pino canario, hasta paisajes prácticamente desnudos, como el de la crestería de la Caldera de Taburiente, azotada por los vientos alisios y con una vegetación subalpina, y el desolado extremo sur, una espectacular sucesión de conos volcánicos.
Tenerife es la isla canaria de mayor extensión y su parte septentrional, lejos del ajetreo turístico de las playas del sur, ofrece un extraordinario marco para el senderismo: nos sorprenderá descubrir que a escasos kilómetros de la capital, Santa Cruz, existen extensos espacios naturales con una riquísima vegetación, además de constituir auténticos tesoros geológicos. Aquí domina un modo de vida eminentemente rural y todavía conservan en buen estado gran parte de sus antiguos caminos. A ello ha contribuido el que hasta finales del siglo XX muchas de las aldeas del norte eran accesibles solamente a pie.
A pesar de ser la isla más pequeña del archipiélago, posee una abrupta orografía y una cobertura vegetal privilegiada que la convierten en un marco ideal para el viajero a pie. En realidad es como un pequeño continente donde pueden encontrarse todos los ecosistemas canarios: una costa escarpada con altos acantilados de vértigo donde crecen bejeques, tabaibas y cardones; desolados paisajes lunares con conos volcánicos y espectaculares coladas de lava; tupidos bosques de fayal-brezal y laurisilva, al amparo de fantasmagóricas nieblas; magníficos bosques de pino canario... y el fabuloso e insólito sabinar, esculpido por el viento y con sabinas retorcidas que crecen con formas imposibles!